Ruth Orkin: La fotógrafa que convirtió la inmovilidad en movimiento
Para la vuelta al cole, la colección Photo Poche nos trae un nuevo libro dedicado al trabajo poco conocido de Ruth Orkin. Nacida en 1920, dejó rápidamente los escenarios de cine para crear una obra fotográfica única en su género, influenciada por todas partes y notable por muchos aspectos.
De Hollywood a la fotografía
Primero, se interesó por el cine y su deseo de hacer carrera en él. Pero nos encontramos en la primera mitad del siglo XX, un momento en que la industria de Hollywood no estaba muy dispuesta a integrar a las mujeres en sus filas más allá del papel de asistentes. Ruth Orkin decide dar un paso a un lado y explorar cómo también la fotografía puede narrar historias.
La fotografía, aunque sea estática, no está inmovilizada para Ruth Orkin. Debido a su práctica altamente influenciado por el cine, ella emplea técnicas y registros tomados del cine/médium cinematográfico para lograr crear movimiento en sus fotografías de una manera que va más allá del simple desenfoque.
La imagen en movimiento: la idea de la foto-ficción
La imagen en movimiento, un concepto muy apreciado por Gilles Deleuze, se despliega aquí en todas su facetas. Ruth Orkin desarrolla su propio concepto de la foto-ficción – que quizá se podría asemejar a la docu-ficción, un género propio del cine-, en la que ella pone en escena situaciones que son reveladoras de una realidad social.
En su serie «American Girl in Italy», por ejemplo, una de las imágenes se ha convertido en un mito; orientada por una multitud de miradas, Ninalee Craig «Jinx Allen» camina por una calle, sola y en movimiento entre todos los hombres inmóviles.
Un lenguaje visual único: Ruth Orkin como vanguardista
A lo largo de los años, Ruth Orkin desarrolló un lenguaje visual único donde el cine y su estética están siempre presentes tras ella – o mejor dicho, entre ella y su cámara-. Por eso se la puede fácilmente considerar vanguardista, especialmente con respecto a sus fotografias en color, testimonios de la modernidad en marcha, que no son ajenas a los cuadros de su contemporáneo Edward Hopper, al mejor Harry Gruyaert de años posteriores, o a las películas nocturnas de Wong Kar Wai.
Un diario visual: películas fotografiadas
A lo largo del Photo Poche, se extiende una especie de diario personal donde cada fotografía se inserta en una secuencia precisa, a modo de cortos o largometrajes nunca filmados. ¿Serían una especie de escenas de un film en preparación? ¿Reconocimientos de terreno? Las imágenes de Ruth Orkin son un poco de todo, y su trabajo es el terreno de todas las interpretaciones, lo que la convierte en una figura única en la historia de la fotografía.
Entre Bérénice Abbott y Helen Levitt, Ruth Orkin se diferencia por un uso particular de la repetición y de la serie. Lo que hoy se consideraría una «fotografía en ráfaga» le permite una verdadera escritura del tiempo que pasa, con todas las etapas de la narración, desde el inicio hasta su conclusión, con todos los giros y movimientos que ello implica.
El libro, que comienza con una fotografía de una calle de San Francisco a través de su bicicleta (un preámbulo de película de carretera) tomada cuando ella tenía solo 19 años, termina con un autorretrato, sin lugar ni fecha. Ahora nos toca a nosotros reconstruir las historias que Ruth Orkin compone ante nuestros ojos. Películas nunca filmadas, pero definitivamente películas fotografiadas.
Ruth Orkin, introducción de Anne Morin
Editor: Actes Sud, colección Photo Poche
13,90 €, 144 páginas, 74 reproducciones en blanco y negro y color, 12,5 x 19 cm
Comprar el libro: Les Libraires, Fnac
Mas allá de la introducción del libro, uno podría decir que Ruth Orkin fue una fotógrafa que hizo una carrera al margen del mundo del cine, aunque su fotografía no pudo evitar ser influenciada por la profesión en la que quería trabajar. Sin embargo, en lugar de rendirse ante una «regla» establecida, decidió forjar su propio camino, creando una obra fotográfica inmortal y única que continúa inspirando a fotógrafos de todo el mundo.