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Cómo ser el compañero de piso perfecto

Cómo ser el compañero de piso perfecto

La limpieza es clave

Ya seas de los que dejan el plato en el fregadero a sabiendas de que ya no cabe ni un solo cacharro más, o del tipo «amante de la limpieza», recuerda que convives con otras personas que, al igual que tú, merecen vivir en un espacio limpio y ordenado. ¿Te gustaría encontrarte la cocina llena de restos de comida y utensilios sucios? Haz lo que te gustaría que hicieran contigo.

Respeta los espacios comunes

¿Cuántas veces te ha pasado que vas a preparar la cena y la vitrocerámica está llena de sartenes de otros compañeros de piso? O que intentas ver algo en la televisión y alguien la ha dejado encendida, pero no está viendo nada en concreto. Respeta los espacios comunes y haz lo posible para que todos los compañeros se sientan cómodos en este espacio compartido.

Colabora en las tareas del hogar

La casa no se limpia sola, así que colabora en las tareas del hogar. Toca hacer la compra y no tienes mucha idea de lo que necesitas? Pregunta a tus compañeros para planificar la semana y conocer sus preferencias. Montar los muebles nuevos que acabáis de comprar se convierte en una «misión imposible»? Échale un poco de paciencia y colabora. Recuerda que al final del día, todos vivís juntos.

Sé considerado

¿Vas a tener visita en casa? Avisa con antelación a tus compañeros para que puedan planificar su día sin sentirse invadidos. ¿Vas a hacer una fiesta en la que tendrá lugar una sesión de DJ hasta las cuatro de la mañana? Tal vez quieras trasladarla fuera de tu hogar, o bien consulta con tus compañeros si eso les resultará molesto o no.

La comunicación es clave

Nadie es perfecto, así que si algo te molesta, dilo. No vale con quedarse callado y esperar que el problema desaparezca por arte de magia. Si no puedes soportar más que alguien deje el papel higiénico vacío, házselo saber. Si no te gusta la música que pone tu compañero de piso a las seis de la mañana, dilo con educación. Comunicarse es el primer paso para solucionar cualquier problema.

Conclusiones:

En conclusión, ser un compañero de piso perfecto es sencillo: sé limpio, respeta el espacio común, colabora en el hogar y, sobre todo, sé considerado y comunicativo con tus compañeros de piso. Si sigues estos consejos, tendrás un hogar feliz en el que vivirás en armonía con tus compañeros de piso. ¡Ahora solo falta coger la fregona y ponerte manos a la obra! Pero recuerda, ¡con una sonrisa en la cara siempre se limpia mejor!